Necesito vuestra ayuda.

Observando a la cabezona de enfrente,
con un café en mi mano,
charlando y observando,
me doy cuenta de que estás ahí.

Una voz de las que conmigo estaban te nombra,
me entran mariposas que quieren salir de mi.

Necesito vuestra ayuda,
las mariposas no pueden salir,
pero si mueren,
voy yo con ellas.

Necesito vuestra ayuda,
para que no mueran,
necesito que me digáis una salida fácil,
pero que yo las siga sintiendo.

Necesito vuestra ayuda,
no quiero olvidarlas,
se encariñan más cuando me acuerdo de ti.

Gracias por ayudarme.