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domingo, 14 de noviembre de 2010

4º ¿Un vampiro?

Al día siguiente fuimos a la casa Nº13 a agradecerle ese sacrificio a Jess.

-¿Díganme?-Dijo Janullé
-¿Siempre dice lo mismo?-Susurró Ferb a Chasabel
-Hola Janullé, verá, queríamos hablar con Jess…-Dije
-El señorito Jess está… em…
-Vamos que no quiere vernos, ¿verdad?
-Em… Bueno… Si…
-Por favor, dígale que salga…
-Ya lo he hecho, pero no puede, vamos, no quiere, y no me conviene que se enfade…
-No me ha visto enfadada, no sabe que es peor…
-Si lo sé…
-¿Quién es Janullé?-Dijo una voz suave, era la madre de Jess
-Señorita Hulthi, son unos amigos de Jess-Dijo Janullé nervioso
-A mi Jess me acaba de decir que no son, exactamente, amigos…-Dijo la madre de Jess.
-Verá, soy Sara, queremos hablar con Jess, ¿cómo pueden hablar con él si no está aquí? Ayer me salvó la vida, y queremos agradecérselo.-Dije yo
-Bueno, en ese caso, ya se lo digo yo, gracias por la visita.-Dijo La madre de Jess (Juliet)
-No, querría dárselas yo en persona, y no me iré hasta que no hable con él.
-Bueno, Jess me acaba de decir que, ya que se pondrán tan pesados… pasen, Jess está en su habitación, bajando las escaleras.-Dijo Julie

‘’¿Jess vive en el sótano?’’ Es la pregunta que yo me hacía constantemente en mi cabeza, y otra pregunta, ‘’¿Cómo desapareció?’’

-Hola, sentaros, sé a lo que venís, leo la mente, hablo con personas mediante la mente… y … me alimento de sangre… Soy vampiro, pero ahora debo irme, ya que sabéis mi secreto.-Dijo con voz tristona

Se acercó a mi y me besó en la mano…

-Un placer conoceros, ahora, volveremos al pasado.

En un simple ‘’chas’’ volvimos al día en el que Chasabel y yo veíamos El jovencito Frankenstain. En el momento en el que Frederic Frankenstain se despedía de su futura mujer, yo heché a llorar. Chasabel no entendía porqué lloraba, mas no se acordaba de lo que había ocurrido. Solo lo recordaba yo porque me gustaba Jess. Yo intenté recordarle las cosas a Chasabel, pero, era imposible, contra más negaba la existencia de Jess, yo más lloraba, pero yo sabía que no mentía, al contrario, sentía su presensia a mi lado:’’¿Por qué solo me besó a mi? ¿Por qué se fue? ¿Sentirá lo mismo que yo? ¿El también había llorado? ¿Ferb se acordará de Jess?’’ Muchas preguntas para una persona que no hacía más que llorar. Llamé a Ferb y él tampoco recordaba a Jess. Por las noches, pensaba en él, no iba al instituto, siempre en la cama llorando. Ferb y Chasabel, al verme así, pensaron que no me lo podía haber inventado.

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